Sobrepoblación en Egipto: el islam como problema y como solución

Sobrepoblación en Egipto: el islam como problema y como solución

Raquel Coto

Asuán, Egipto

Con una población estimada de 120 millones de habitantes para 2030, el gobierno egipcio ha iniciado proyectos de planificación familiar para concienciar a las mujeres acerca del control de la natalidad.

Un imán sentado en una mesa llena de folletos, condones y píldoras anticonceptivas ofrece una charla sobre control de natalidad a un grupo de mujeres vestidas con niqab en un pueblo a las afueras de Asuán. Esta empieza a ser una imagen recurrente en las zonas rurales de Egipto, un país en el que las mujeres tienen de media 3,4 hijos y nace un niño cada 13 segundos.

 

Como una bomba de relojería a punto de estallar, el contador de población situado en la cornisa de la agencia estatal de estadísticas egipcia (Capmas) marca ya con grandes dígitos rojos 101 millones de habitantes y, según los datos de la institución, esta cifra podría llegar a los 120 millones en 2030, una población que sería equivalente a la de 14 países árabes.

 

En esta cuenta atrás para frenar el colapso demográfico, el gobierno egipcio ha puesto en marcha distintos proyectos de cooperación y desarrollo sostenible, como la iniciativa “Vida Decente” para mejorar la calidad de vida en las zonas rurales, las campañas “Dos es suficiente” y “Tu derecho a planificar” para concienciar a las mujeres del control de la natalidad o la propuesta de ley para penalizar el matrimonio infantil, cuya aprobación está prevista para este año.

 

Pese a que los precios de los preservativos son asequibles debido a los subsidios del gobierno -un paquete de tres condones vale entre 12 y 20 libras (entre 50 céntimos y un euro)-, otros muchos métodos anticonceptivos son importados y, consecuentemente, son más caros, por lo que las mujeres se ven obligadas a pedir ayuda para no recurrir al mercado negro.

Lideres religiosos en una charla sobre planificación familiar. Francisco Carrión

Los imanes conciencian a los mujeres sobre la planificación familiar, especialmente en zonas rurales donde la fertilidad es mucho mayor

La cooperación, clave para la planificación familiar

 

En colaboración con la Unión Europea (UE) y el Fondo de Población para las Naciones Unidas (UNFPA) hay repartidas numerosas clínicas fijas y móviles por todas las gobernaciones del país para atender a mujeres de distintas edades y condiciones. 

 

Un total de 28.496 pacientes se han beneficiado hasta diciembre de 2020 de los servicios de las clínicas móviles en todas las gobernaciones de Egipto, siendo las píldoras anticonceptivas el método más utilizado, según los últimos datos publicados por UNFPA.

 

El programa de cooperación, firmado en 2018 entre el gobierno egipcio y la UE para apoyar políticas de planificación familiar y dotado con un presupuesto de 27 millones de euros, se renovará para el período 2021-2024 y, según el director de cooperación de la UE en Egipto, Ibrahim Laafia, “cambiará la vida de las mujeres para los próximos años”, que pasarán a ser las protagonistas.

Niña en un centro social cercano a Asuan. Autor, Francisco Carrión.

La religión como impulso a la natalidad

 

Según los datos recogidos por Capmas, las gobernaciones más pobres de Egipto tienen las fertilidades más altas. En esas zonas, las mujeres tienden a creer que el islam prohíbe el control de la natalidad, en parte por la costumbre y en parte por falta de información. 

 

Por ello, son los propios imanes los que conciencian a las mujeres rurales de los peligros de un embarazo tardío. Según los datos recogidos por UNFPA, más de 650 líderes religiosos asistieron a cursos de capacitación sobre planificación familiar entre abril de 2018 y marzo de 2020.

 

“Es permisible utilizar métodos anticonceptivos para retrasar o espaciar los embarazos, preservar la salud de la madre, protegerla contra los daños que se producen por embarazos frecuentes o para que la madre dedique tiempo a criar al resto de sus hijos”, explica Hebah Saleh, especialista en islam y género del centro de difusión mediática de Dar al-Ifta, institución encargada de los edictos religiosos en Egipto.

 

Saleh recuerda que en uno de los libros de recopilación de hadices (hechos y dichos del profeta Mahoma) el erudito y académico Muslim Ibn Al-Hajjaj puso por escrito que uno de los compañeros del profeta practicaba la interrupción del coito, popularmente conocida como marcha atrás, y que este hecho llegó a oídos de Mahoma y lo permitió.

 

La institución Dar Al-Ifta utiliza este hadiz para demostrar y convencer de que la sharía no prohíbe el control de la natalidad, aunque eso no significa que pueda ser un método permanente ya que, según Saleh, esto “contradice al islam y su objetivo de preservar la procreación”.

El Cairo. Alex Azabache

En Egipto el aborto solo es legal si la vida de la mujer o la del feto corren peligro, bajo previo consentimiento del ginecólogo

El aborto, todavía un tabú en la sociedad egipcia

 

Que estén permitidos los métodos anticonceptivos, no significa que se pueda abortar libremente: solo es legal si la vida de la mujer o la del feto corren peligro y, para realizarlo, el ginecólogo debe dar su consentimiento. La ley castiga tanto a las mujeres que aborten como a las personas que lo faciliten.

 

El aborto sigue siendo un tabú en la sociedad egipcia y un ejemplo de ello es que los medios de comunicación egipcios escriben sobre el aborto en países extranjeros, pero no sobre el aborto en Egipto, una línea roja que ni los medios occidentales se atreven a cruzar y que arrastra cada año a miles de mujeres a buscar ayuda en clínicas clandestinas en condiciones insalubres.

 

Para las familias religiosas también es un problema, puesto que los eruditos musulmanes describen el aborto como infanticidio, aunque Saleh aclara que “prevenir el embarazo mediante la prevención de la fecundación no se considera asesinato puesto que el embrión todavía no está formado”.

 

El control por el poder religioso

 

El pasado mes de julio, el parlamento egipcio propuso un proyecto de ley para permitir a Dar al-Ifta, actualmente institución dependiente de Al-Azhar, actuar como entidad separada bajo el control del régimen egipcio, una medida que, de aprobarse, limitaría el poder de la institución suní y daría derecho al presidente Abdel Fatah Al-Sisi a designar al muftí, según relatan los medios locales.

 

Esta medida ha incrementado aún más la tensa relación entre el gobierno y Al-Azhar, considerada la mayor institución del islam suní, aunque según Saleh no ha afectado a las posiciones de ambas instituciones en lo que refiere a planificación familiar, ya que “no existen contradicciones entre las opiniones de los eruditos de Dar al-Ifta y las de Al Azhar”.

 

Sin embargo, la mayor institución del islam suní todavía no se ha pronunciado sobre la campaña de planificación familiar que el gobierno egipcio puso en marcha junto a Dar al-Ifta este febrero con el lanzamiento de un hashtag a través de las redes sociales.

La tensa relación entre el gobierno egipcio y Al-Azhar se debe a la urgencia de modernizar la institución suní, puesto que hace menos de dos años el gran imán Ahmed el Tayeb lanzó varias fatwas (edictos religiosos) defendiendo que es adecuado que los esposos golpeen a sus esposas mientras no se lleguen a romper los huesos, una postura de la que finalmente se retractó condenando la violencia física y sexual hacia las mujeres.

 

En todo caso, y pese a la polémica entre las dos organizaciones, la representante de Dar al-Ifta asegura que “combatir la sobrepoblación es uno de principales objetivos del gobierno en los próximos años” y que “es importante plantear la cuestión de la planificación familiar desde una perspectiva religiosa”.

Foto portada, charla sobre planificación familiar en Kom Ombo. Francisco Carrión.